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Ciencias de la Salud

Dietas hospitalarias: qué son y para qué sirven

Equipo de Expertos en Ciencias de la Salud

Las dietas hospitalarias son una herramienta esencial para contribuir a que los pacientes puedan mantener una evolución adecuada durante un tratamiento médico. En este artículo te contaremos cuáles son las funciones de estos planes nutricionales y cuántos de ellos existen.

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1. ¿Qué son las dietas hospitalarias?

Los planes de alimentación hospitalaria son proyectos nutricionales dirigidos a uno o más pacientes que se encuentran bajo distintos tipos de tratamiento médico. Las dietas hospitalarias tienen la función esencial de ayudar a que las personas bajo cuidados médicos puedan mantener un régimen de alimentación adecuado. Dicho objetivo se logra a través de la creación de un plan nutricional ajustado a las necesidades de cada individuo.

Según estudios realizados, el tipo de nutrientes que consumes tienen un efecto directo en procesos como la cicatrización y la respuesta del organismo frente a infecciones. Cuando mantienes un régimen alimenticio balanceado antes de una cirugía, por ejemplo, se reducen considerablemente los riesgos de que sufras complicaciones quirúrgicas. Como profesional con una Maestría en Nutrición y Salud, debes considerar que la dieta que planees para un paciente dependerá del tipo de cirugía la que se someta.

Otro elemento a resaltar en este ámbito es que los panes nutricionales en hospitales también cambian según el país o región en el que te encuentres. Por ejemplo, en Colombia, existen las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA), las cuales están diseñadas para la población colombiana mayor de 2 años. En este documento se describe que un plan de nutrición hospitalario efectivo debe incluir el consumo de alimentos como:

  • Frutas y verduras. Son fuente de vitamina A, calcio, hierro y ácido fólico.
  • Leche y productos lácteos. Brindan vitamina B1, B2, B3 y ácido fólico.
  • Azúcares. Proporcionan fuente de vitamina A, B1, B2, glucosa, fructosa y antioxidantes.
  • Grasas. Son fuente de ácidos grasos, vitamina A, D, E y K.
  • Carnes, huevos, leguminosas secas, semillas y frutos secos. Aportan zinc, hierro y vitamina B12.
  • Tubérculos, plátanos, raíces, cereales y derivados. Son fuente de potasio, hierro, magnesio, vitamina B y C.

1.1. Objetivos

Los planes nutricionales hospitalarios cumplen con una serie de funciones centradas en mantener el bienestar de los pacientes en sus distintas etapas de rehabilitación. También sirven para ayudar a las personas a prepararse para someterse a una intervención quirúrgica, especialmente si se trata de una operación profunda. Entre algunos de los otros objetivos que podemos destacarte se encuentran los siguientes:

  • Mantener el óptimo rendimiento de las funciones orgánicas del paciente antes y después de haber atravesado por un proceso quirúrgico profundo.
  • Contribuir en mejorar la etapa de rehabilitación general de individuos que se encuentran bajo cuidados intensivos o en proceso de recuperación tras una cirugía.
  • Proporcionar las vitaminas y minerales esenciales al cuerpo para prevenir cualquier tipo de descompensación durante la etapa de recuperación postquirúrgica.
  • Brindar una fuente de energía adecuada a mujeres que se encuentran en la etapa de parto y de postparto para garantizar el buen estado de salud tanto de ellas como la de los bebés.
  • Mantener el funcionamiento efectivo del sistema inmunitario del paciente para evitar que contraiga infecciones o virus durante o después de una operación.

2. Principales tipos de dietas hospitalarias

Como te mencionábamos anteriormente, los planes de alimentación hospitalaria cambian según las necesidades de cada paciente. Cada organismo cuenta con características metabólicas diferentes, por lo que el método nutricional debe adaptarse a dichas cualidades para que los efectos puedan ser positivos. Los principales tipos de dietas hospitalarias son las siguientes:

2.1. Dieta basal

También llamada dieta normocalórica es el plan de alimentación hospitalaria en la que el consumo de nutrientes se mantiene en los estándares normales. Bajo este concepto, podemos decir que la dieta basal se centra en aportar todos los alimentos que forman parte de la guía GABA. El aporte general de calorías que proporciona este modelo nutricional es de 2,500 kcal, lo cual se encuentra en los estándares normales de una persona que no posee desórdenes alimenticios.

Es uno de los tipos de dietas más populares, ya que se adapta a las costumbres gastronómicas de la región y de la época del año. En algunos casos, es necesario omitir ciertos tipos de alimentos como carnes, por ejemplo, cuando el paciente no puede consumirlos debido a creencias religiosas. En este caso, como profesional en el área de salud y nutrición, debes hacer los ajustes necesarios en su dieta para cubrir el aporte calórico ideal.

2.2. Dieta terapéutica

La dieta terapéutica es normalmente establecida cuando el paciente padece de una enfermedad cuyo control o tratamiento requerirá de un régimen alimenticio variable. Los cambios afectarán aspectos como la textura, cantidad, proceso de selección y elaboración de la comida que deberás darle al individuo bajo tratamiento.

Este estilo de control nutricional es aplicable regularmente a personas con escorbuto, raquitismo o anemia ferropénica por ejemplo. Esto se debe a que dichas condiciones crean un desbalance vitamínico y mineral considerable en el organismo, por lo que se requiere una dieta específica.

2.3. Dieta líquida

Es el régimen alimenticio que se caracteriza por mantener un consumo exclusivo de líquidos como zumos o infusiones. Está principalmente dirigido a pacientes que se encuentran en etapa de recuperación debido a intervenciones quirúrgicas aplicadas en el área intestinal. La tolerancia a los alimentos debe monitorearse diariamente para conocer el estado de recuperación de las paredes intestinales.

A través de la dieta líquida, la persona tratada obtiene su ingesta vitamínica y mineral normal sin generar daños en las mucosas de los intestinos. Por otra parte, este tipo de alimentación también sirve para ayudar al organismo a eliminar toxinas de manera natural a través de la orina. Contribuye en mejorar la digestión y preparar al aparato intestinal para el consumo de alimentos semilíquidos o blandos.

2.4. Dieta semilíquida

La dieta semilíquida se aplica una vez que el paciente puede empezar a consumir alimentos más densos después de atravesar un régimen alimenticio líquido. Al igual que el tipo anterior, este modelo nutricional es aplicado a pacientes que padecen afecciones intestinales o que han sido intervenidos quirúrgicamente en dicha zona. Entre los principales alimentos que se recomiendan brindar al individuo tratado se encuentran la leche, verduras cocidas o enlatadas, sopa, huevo, tofu, entre otros.

2.5. Dieta blanda

Se trata de un régimen terapéutico que se caracteriza por la ingesta de alimentos como cereales, carnes, pescado, huevo, bebidas, verduras, entre otros. Es un plan nutricional diseñado para pacientes que presentan afecciones en la zona de la garganta, boca, estómago o intestinos. La dieta blanda es una de las de menor duración, debido a que su práctica se extiende normalmente por entre 3 a 4 días.

Este estilo de dieta se puede dividir en dos grupos esenciales:

  • Dieta blanda mecánica. Es aquella en la que se elimina el consumo de cualquier tipo de alimento que sea difícil de deglutir o de masticar. La carne dura, las nueces, panes crujientes o verduras crudas son comidas típicas que se deben evitar.
  • Dieta blanda postoperatoria. Se caracteriza por mantener la ingesta de alimentos suaves, con poca fibra y que no sean picantes.

2.6. Dieta astringente

La dieta astringente es un régimen nutricional que se centra en evitar el consumo de alimentos que generen residuos y secreciones gastrointestinales. Contribuye en disminuir el tránsito digestivo para mejorar la consistencia de las deposiciones y reducir la frecuencia con la que se realizan. Está diseñada para pacientes que sufren de enfermedades como gastroenteritis o afecciones que causen diarrea. Los alimentos deben ser muy bajos en fibra, por lo que los más comunes son el arroz, pan, frutas cocidas y pollo.

2.7. Dieta especial por sonda nasogástrica o enteral

Es un estilo de alimentación aplicado a pacientes que son incapaces de ingerir alimentos de cualquier tipo de manera independiente. Previamente, se efectúa la preparación enteral de los alimentos y se suministran a la persona a través de una sonda. Esto se sigue mediante los protocolos de salud establecidos por el recinto hospitalario.

2.8. Dieta hipocalórica

Es toda aquella dieta en donde la persona a tratar consume alimentos con una carga calórica sumamente baja, la cual oscila entre 1,500 kcal y 2,500 kcal. La comida suministrada no posee azúcares añadidos. Además, está diseñada para pacientes que padecen de diabetes o exceso de peso.

3. ¿Cómo se aplican adecuadamente?

Para que un plan dietético hospitalario pueda ser llevado a cabo de manera efectiva es necesario que tengas en cuenta los siguientes:

  • Evaluar el estado de salud del paciente y analizar aspectos como su condición física, edad, sexo, peso y régimen alimenticio común.
  • Determinar la existencia de afecciones que pudieran afectar el metabolismo de los nutrientes o la digestión de ciertos tipos de alimentos.
  • Identificar si la persona a tratar es intolerante a la lactosa o si presenta alergias al consumir otros alimentos.
  • Conocer cuál es la dieta regular del paciente y con cuanta frecuencia se alimenta al día.
  • Consultar con nutriólogos para desarrollar un plan de dieta que se adapte a las cualidades del paciente.
  • Monitorear el rendimiento del organismo del individuo antes, durante y después de haber implementado el plan de dieta.
  • Asesorar al paciente sobre los alimentos que puede consumir y cuáles no puede ingerir para prevenir retrasos en el proceso de rehabilitación.

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