bioética
Ciencias de la Salud

Principalismo

Aunque el término principialismo te suene a una corriente política, en realidad es la corriente más aceptada para enfrentarse a los dilemas éticos que pueden presentarse en la praxis clínica. Aparece en 1979 en Estados Unidos y pretende fomentar el bien íntegro de las personas y de las acciones de los profesionales sanitarios. Conoce el origen y principios de este pensamiento y como los egresados de la maestría en bioética se han convertido en profesionales de gran relevancia.

Consideraciones éticas en el principialismo

La ética es una rama de la filosofía que estudia la bondad o la maldad y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano. Debe tener como bases la racionalidad y el terreno filosófico y no la religión, el derecho o los deberes profesionales. Esto es porque pueden presentarse dos tipos de circunstancias:

  • Situaciones éticas que no son legales. Piensa, por ejemplo, en la eutanasia, que es considerada un acto éticamente correcto para ciertas personas, pero es ilegal en la mayoría de los países.
  • Situaciones legales que pueden no ser éticas. Como, la pena de muerte, que está legalmente constituida en varias naciones, pero es una acción opuesta a la ética de grandes sectores sociales.

La ley y el deber profesional no deben emplearse como instrumentos para establecer lo correcto, bajo pena de caer en un autoritarismo “judicial”. Sin embargo, sí se necesita legislar algunos principios éticos mínimos, legales, aceptados por todos y exigibles sin distinción. Asimismo, se requiere que todas las ideologías y creencias religiosas respeten la dignidad de las personas y los derechos humanos.

Considerando lo anterior, es fácil entender, cómo la medicina se relaciona con la ética, pues su objetivo primordial es lograr el bien del ser humano enfermo.

La palabra bioética, del griego bios (vida) y ethos (comportamiento o costumbre) aparece por primera vez en 1927 (Fritz Jahr, Ciencias de la vida y la moral), aunque su empleo en el sentido actual comenzó en 1971 (Bioética un puente hacia el futuro, Van Rensselaer Potter). Tiene como objetivo el estudio de la relación que existe entre la vida, los valores humanos y los principios de conducta, en el cuidado sanitario.

¿Qué es el principialismo bioético?

Ahora es más fácil entender el concepto de principialismo bioético, también conocido como bioética médica o bioética principialista. Es la corriente con mayor aceptación en la investigación biomédica y salud humana. El principal objetivo del principialismo es servir de referencia o marco moral ante situaciones de conflicto en la práctica clínica o en su prevención. 

Origen del principialismo bioético

En 1974, el Congreso de los Estados Unidos crea la Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos ante la Investigación Biomédica y de Comportamiento. Su objetivo era revisar y ampliar las regulaciones para proteger a los sujetos humanos en la investigación identificando los principios éticos y las pautas que guiaran las investigaciones con seres humanos.

Después de cuatro años, en 1978, la comisión da a conocer sus conclusiones en el llamado Informe Belmont, un documento que contenía tres principios básicos:

  • El de autonomía, enfocado al respeto por las personas, sus elecciones y opiniones.
  • El de beneficencia, que indica la obligación de extremar los beneficios y minimizar los riesgos.
  • El de justicia, relacionado con la distribución justa de los riesgos y de los beneficios.

No obstante, el enfoque principialista de la bioética más conocido es el libro Principios de ética biomédica, escrito por Beauchamp y Childress en 1978. En ella se aceptan los tres principios del incluidos en el Informe Belmont y se añade el principio de no maleficencia.

Los cuatro principios están diseñados para regir, además de la experimentación con seres humanos, la práctica clínica y asistencial. Los principios tal como se presentaron son muy generales y difíciles de aplicar en la práctica, por lo que deben ser concretados en normas particulares (proceso de especificación), para resolver cuestiones morales concretas a partir de los principios generales. Esta especificación no es suficiente para evitar los conflictos entre los principios, en determinadas situaciones complejas, es necesario determinar qué principio prevalece (proceso de ponderación).


Asimismo, en esta obra se incluyen las llamadas virtudes, que debería poseer el profesional sanitario para ofrecer una atención integral y humanizada al paciente. A diferencia de los principios, no son obligaciones éticas, sino más bien, rasgos, como la compasión, la integridad, la empatía, la prudencia, etc. 

Principios de la bioética médica

Para un mejor conocimiento de los cuatro principios vamos a detallarlos un poco

Principio de beneficencia

Estipula hacer el bien, Beauchamp y Childress lo definen como “la obligación positiva que tienen todos los seres humanos de obrar en beneficio de los demás”. Es el principio más elemental, pues el personal sanitario se educa y forma para hacer el bien, tanto a los enfermos, como a la sociedad en general. Se fundamenta en que los procedimientos terapéuticos y diagnósticos deben ser seguros y efectivos para que beneficien al paciente.

Principio de no maleficencia

Se establece en el principio hipocrático de, ante todo, no hacer daño. No maleficencia implica abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño. Lo que se traduce en que ningún profesional de la salud debe emplear sus conocimientos para ocasionar perjuicios al paciente. También, indica que el balance entre los beneficios y los riesgos de cualquier acto médico debe favorecer, siempre, a los beneficios.

Principio de autonomía

Trata de la competencia que tiene el paciente para decidir, siempre y cuando exprese su deseo. Para Beauchamp y Childress el término autonomía tiene muchos aspectos, ser agente, es decir, actuar intencionadamente y ser libre, o sea, actuar con conocimiento y en ausencia de influencias externas. Al contrario que los principios anteriores, la autonomía ha estado ausente en la tradición médica, aunque, en los últimos años ha cobrado una gran relevancia.

Esto se debió a que durante muchos siglos el paciente no participó en la toma de decisiones y el médico era quien decidía por él. No obstante, este principio presenta gran importancia porque:

  • Obliga a compartir con el enfermo, si este así lo desea, el diagnóstico, pronóstico y tratamiento, con sus beneficios y riesgos.
  • Permite al enfermo rechazar cualquier tratamiento o escoger otra propuesta.
  • Debería permitir al enfermo elegir la hora, lugar y forma de su muerte, dentro de lo posible y con las limitaciones legales vigentes.
  • Promueve el llamado consentimiento informado, donde se le informa al paciente:
    • La naturaleza de su enfermedad.
    • Los riesgos y beneficios de los procedimientos terapéuticos que se le recomiendan.
    • Y se le solicita su aprobación para ser sometido a estos procedimientos.

Principio de justicia

Definen el principio de justicia en el ámbito biomédico basándose en el concepto de la distribución equitativa de los derechos, beneficios y responsabilidades. Esta premisa otorga al personal sanitario la autoridad de ser administrador de los recursos y de los servicios, basándose en dos hechos fundamentales:

  • Todas las personas tienen la misma dignidad, sin importar las circunstancias, por tanto, merecen igual consideración y respeto.
  • Se debe buscar una distribución justa y equitativa de los recursos sanitarios, evitando desigualdades en la asistencia sanitaria.

Los cuatro principios adquirieron gran importancia entre los profesionales de la salud. Resultaron muy útiles para ayudar a resolver un dilema moral en su la labor diaria con el enfermo. De otra manera, lo harían solo de forma empírica o intuitiva.

El principialismo y la casuística como modelos de bioética clínica

Ahora bien, adicional al principialismo, existe otra corriente relacionada con la ética aplicada en el ambiente médico: la casuística. ¿Cuáles son sus similitudes y diferencias dentro de la bioética clínica?

A pesar de que existen diferentes versiones del principialismo y de la casuística tomaremos como referencia el modelo principialista de Beauchamp y Childress y el modelo casuístico desarrollado por Jonsen y Toulmin.

Las principales diferencias entre el principialismo y la casuística radican en la forma en que se toman y justifican las decisiones ante los conflictos bioéticos. El principialismo lo hace de acuerdo a sus cuatro principios universales, mientras que la casuística se basa en los precedentes, en las máximas comunes, las opiniones de expertos en el contexto social individual. El principialismo toma las decisiones proyectando los principios universales a los casos concretos. La casuística sigue el camino inverso, se basa en casos concretos previos para tomar decisiones.

La conclusión puede indicar que estas metodologías tienen diferentes estilos, cada uno con ventajas y desventajas, pero no forzosamente en conflicto. La elección de los profesionales sanitarios por una u otra, dependerá, en todo caso, de sus preferencias personales.

La bioética principialista en la actualidad

A través de su historia, la bioética principialista consideró que el personal sanitario únicamente debía ofrecer el máximo beneficio al paciente sin preocuparse de otras situaciones. En las últimas décadas, la decisión y juicio moral ha variado, incluyendo, además del máximo beneficio para el enfermo, otros aspectos o dimensiones:

  • Las preferencias o deseos del paciente.
  • La calidad de vida subjetiva del enfermo y su familia.
  • Los aspectos sociales de la localidad.
  • Los aspectos económicos.
  • El beneficio de la sociedad en su conjunto.

Un profesional sanitario se enfrenta a diario a numerosas decisiones y disyuntivas morales, no siendo siempre fácil resolverlas. Hoy, el principialismo se ha constituido como una metodología de trabajo imprescindible en los comités de ética en instituciones de todos los tamaños. Ven a estudiar bioética enVIU. Te prepararás para afrontar esos dilemas morales de manera científica y multidisciplinaria. Una ventaja que repercutirá positivamente en los enfermos, la sociedad y tu crecimiento profesional.